Trialsin.Palabra mágica.



Trialsin palabra mágica.
Han pasado la friolera de 30 años. Que se dice pronto.
Estoy seguro que el Trialsin, para mí como para muchos de los que hoy estáis leyendo estas líneas, fue la antesala de lo que después derivaría como mi pasión envenenada por el BMX o alguna otra modalidad del ciclismo "off Road" en cualquiera de vosotros.
Han pasado ya tres décadas desde que Montesa materializo técnicamente el sueño de una generación de chavales empeñados en emular a sus ídolos del "trialmoto", con mas ilusión e ingenio que propiamente los medios técnicos, de que aquellos chavales pudieran disponer.

Con el nacimiento de las primeras Montesitas T-10 y T-5 en color rojo intenso, reminiscencia de los modelos de trial moto ( Cota ), con las manetas de freno, las placas portanumero u otros detalles a caballo entre la moto y la bici, Montesa dio forma a esas ilusiones y revoluciono el concepto de la bicicleta en general.
El eslogan lo sentenciaba bien claro”…y ahora Montesita la bicicleta de Montesa”…
Por aquella época pasábamos las tardes ataviados entre bocatas de Nocilla, bajo las escaleras de las plazas públicas (o no publicas) atiborradas de barreras arquitectónicas fruto del diseño “moderno” de la época, convertidas en improvisadas zonas a caballo entre el “outdoor” y el trial "indoor", con nuestras miras siempre puestas en las ultimas evoluciones de Andreu Codina como un “astro” inalcanzable, no humano, nuestra máxima referencia.
En nuestro caso la mayoría había camuflado el 46x18 de serie de sus BH Meteors en un 24/20, puro hierro y que no tardó en comercializarse.
Yo mismo sometí a mi BH Bicicross al decapitamiento de su sillín banana, para ser sustituido por un Carrera de cuero y muelles procedente de una bici de carretera. El desarrollo se vio inmediatamente reducido a un 29/20 que tampoco estaba tan mal…para los triales que nos montábamos entre cualquier cañizal, torrente o plaza.
La indumentaria, (aun no he descubierto demasiado porque), casi siempre se trataba de unas botas de agua de goma, que en la mayoría de días y bajo el sol te dejaban los pies chorreando en sudor, estas se repartirían el tema del agarre, con los pedales Notario de goma negra y reflectantes laterales... faltaban aun algunos días para "avances técnicos" como los Notario de Pinchos, que podían enviarte al podólogo en cualquier momento.
Los cascos de moto y los guantes de mecánico, acababan de dar ese toque “racing” a la cosa.
Recuerdo también el día que “La Vanguardia” publico hace ya 30 años un reportaje a todo color sobre el Trialsin, donde la imagen de Andreu Codina, bajo un lema grande (“Trialsin, un deporte nacido aquí”), ocupaba toda la pagina. La cosa corrió como la pólvora entre la chiquillería, y el kiosquero quedó perpleja al ver toda una avalancha de chavales pidiendo dicho periódico.
En 1980 animado por el director de mi centro escolar, conocedor este de mi pasión por el Trialsin, me invito a llevar a cabo una “exhibición” trialera propia de la época ( tablones-pallet-bidón) a lomos de una fantástica Motoretta GAC,para la fiesta de final de mi etapa de EGB...
Sin duda alguna esos fueron mis mejores y la verdad sea dicha, únicos minutos de gloria en el mundillo trialero...
Que por cierto debieron calar hondo, en este mismo hombre, pues años más tarde su hijo, creció y se convirtió en uno de los corredores punteros a nivel estatal.
Esa fue mi fugaz experiencia con el Trialsin. En poco el BMX/Bicicross inundaría mis venas de pasión por este, desprendiéndome del freno delantero, y volviendo el desarrollo de aquella BH Bicicross a su original 46/18.
Como decía al inicio de esta misma columna, algo tendrá de mágico la palabra Tralsin, cuando hoy 30 años después presenciado un video inedito,de la epoca,durante el acto de presentación de la biografía de Ot Pi( L'emprenta d'un pioner ,edit.Comanegra 2011) he conseguido reconciliarme con el Trialsin , adivinando en la película a un Codina pletórico a lomos de una T-15, y a todo un autentico ejercito de Trialeros ataviados en sus botas de goma impermeables en idilio constante con aquellos pedales Notario de goma , recordándome de nuevo los orígenes...
Simplemente, la mágia del Trialsin, amigos.

Manel Martínez